Posted by Expresion Noticias in
Juchitán (Ma. Esther Manuel).- Decenas de centroamericanos han llegado al Istmo de Tehuantepec y, de acuerdo a las familias, el verlos en cada crucero, deambulando por las calles o solicitándole una moneda a las empleadas de tiendas y oficinas; genera cierta zozobra e inseguridad.
Don José Hernández Cruz tuvo una discusión con uno de estos sujetos, quien pedía ayuda en la entrada de Juchitán… “Se me metió prácticamente al auto. Está bien que anden necesitados, pero nadie tiene la obligación de darles una moneda… la verdad, me molesta mucho la forma en que piden el dinero, casi, casi lo exigen”, explicó minutos después, abordado en la gasolinera.
Por su parte, María Blanca, empleada de una farmacia, sólo se rió de las burlas de sus compañeros y es que según explica. Todos se fueron a desayunar y se quedó sólo ella en el negocio. Estaba colocando las medicinas y sin que lo notara entraron dos centroamericanos al local, “No dijeron nada hasta que los vi; andaban observando todo como checando si estaba sola, no sé, sentí como que algo malo querían hacerme”, dijo que al ver que llegaban los demás, los sujetos les pidieron una moneda para un taco y se fueron.
“Sí, es cierto, pobrecillos, andan buscando una oportunidad y migrar a los Estados Unidos… pero hay que aceptar que quien deja su país para irse a la Unión Americana, no son buenas personas; por que las personas preparadas, trabajadoras, quienes se dedican a su familia y a cuidar su empleo, se quedan en su país; generalmente quienes migran son personas que están huyendo de su ciudad, que son inestables o que se metieron en algún lío”, comentó el abogado Jesús Martínez, quien esperaba a ser atendido en la farmacia, mientras los empleados bromeaban a María Blanca.
Don José Hernández Cruz tuvo una discusión con uno de estos sujetos, quien pedía ayuda en la entrada de Juchitán… “Se me metió prácticamente al auto. Está bien que anden necesitados, pero nadie tiene la obligación de darles una moneda… la verdad, me molesta mucho la forma en que piden el dinero, casi, casi lo exigen”, explicó minutos después, abordado en la gasolinera.
Por su parte, María Blanca, empleada de una farmacia, sólo se rió de las burlas de sus compañeros y es que según explica. Todos se fueron a desayunar y se quedó sólo ella en el negocio. Estaba colocando las medicinas y sin que lo notara entraron dos centroamericanos al local, “No dijeron nada hasta que los vi; andaban observando todo como checando si estaba sola, no sé, sentí como que algo malo querían hacerme”, dijo que al ver que llegaban los demás, los sujetos les pidieron una moneda para un taco y se fueron.
“Sí, es cierto, pobrecillos, andan buscando una oportunidad y migrar a los Estados Unidos… pero hay que aceptar que quien deja su país para irse a la Unión Americana, no son buenas personas; por que las personas preparadas, trabajadoras, quienes se dedican a su familia y a cuidar su empleo, se quedan en su país; generalmente quienes migran son personas que están huyendo de su ciudad, que son inestables o que se metieron en algún lío”, comentó el abogado Jesús Martínez, quien esperaba a ser atendido en la farmacia, mientras los empleados bromeaban a María Blanca.