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Istmo de Tehuantepec.- El incremento
en casos de dengue y chikungunya es una realidad; pero la única forma de
fortalecer la barrera y ganarle la batalla a los mosquitos transmisores de
estas enfermedades es cambiando nuestros hábitos de higiene y participar en las
acciones de descacharrización, impulsadas por los diferentes municipios;
aceptaron de manera separada médicos particulares y representantes de los
servicios de salud.
El
Istmeño es acumulador por costumbre, porque así le han enseñado o sólo por
hábito. El mosquito transmisor del dengue y chikunguya habita en aguas limpias,
cualquier olla, recipiente, cubeta puede convertirse en su foco de anidación;
por ello es importante deshacerse de todo lo que no se utiliza y mantener los
patios limpios, explicó un trabajador de vectores.
La
propagación de la enfermedad es una realidad, como también lo es el pánico
generalizado, pues quienes han padecido chikungunya han difundido los síntomas:
fiebre muy alta y dolores articulares “que quiebran”; explicó el médico, Jorge
Toledo, quien atiende en el módulo permanente para enfermos de chikungunya,
instalado por el Presidente Municipal de Juchitán en la parque central de esa
ciudad.
Para
algunos patrones, la exageración del número de enfermos se debe a que muchos
han tomado al dengue y chikungunya como mero pretexto para no cumplir con sus
obligaciones y permitirse faltar a sus centros de trabajo.
