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Matías Romero
(Norma Guzmán Sibaja).- Cada año, la falta de agua se convierte en estandarte
político para Manuel Robles y Ramón Galeana; quienes, por un lado dicen
encabezar la lucha por el agua para Matías Romero y por otro, encabezan una
organización de comerciantes, en su mayoría ambulantes y semifijos que se han
apoderado de la mayor parte del centro de la ciudad de Matías Romero.
La
Administración de Marco Antonio Cabello Mares los mantuvo en nómina, por lo que
Manuel Robles, en dos años, se convirtió en el defensor del ex alcalde,
realzando la realización de grandes tanques elevados y la obra del río Ponedero.
Obra que, a decir del actual Presidente Municipal, Alfredo Juárez Díaz, se
encuentra inconclusa, donde se invirtieron 21 millones de pesos, pero que no
responderá a las necesidades de la población.
En
redes sociales, el ex alcalde de Matías Romero le reclama al actual
administrador del agua potable, Arturo Gutiérrez, su alejamiento y le recuerda
que “fue su propuesta para ocupar el cargo”.
El
Administrador del Agua en Matías Romero, afirmó que ha tratado de cumplir con
su deber, pero no puede cubrir las fallas que con el paso de los días han sido
más perceptibles con respecto de la obra del río Ponedero, a la que el ex edil dio
gran difusión y con la que cerró su ejercicio público.
Son
8 mil los usuarios registrados en el padrón del CEA y dos mil más, de colonias
como la Oaxaqueña, Robles, Las Flores, Rincón Viejo, San Bartolo, Lázaro y El
Bajio. Sin embargo, Ramón Galena y Manuel Robles, con menos del 10 por ciento
de estos usuarios dicen tener una representatividad, Misma que el propio
Cabello les quitó en una asamblea “amañada”, con la participación de los
Presidentes de Colonia, en donde se eligió a Francisco Alvarado.
Y
mientras Manuel Robles genera espectáculos, hace convocatorias y se dice el
paladín de las causas nobles de Matías Romero; siguen apareciendo puestos en
vía pública, las cenadurías se han convertido en “desayunadurías” y las
taquerías en restaurantes ambulantes, con meseras y mesas que abarcan más de la
mitad de la calle Reforma. La calle Ayuntamiento, en donde se instalaron los
supuestos afectados por la demolición de “La Abarrotera del Sur” parece no
liberarse nunca más al paso vehicular, pese a las afectaciones que han causado
a los comerciantes establecidos al taparles por completo sus fachadas.