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Matías Romero (Norma Guzmán Sibaja).- El lunes, 19 de
agosto, por la tarde, el padre, Ranulfo Pacheco López, quien por 16 años se
hizo cargo de la Parroquia de San Matías Apóstol, deja Matías Romero, para asumir
una nueva responsabilidad en la Parroquia del Señor de Esquipulas en Juchitán.
Una
instrucción que debe asumir con fe, responsabilidad y devoción, destacó el
párroco en la homilía dominical.
Muchas
han sido las muestras de simpatía, respeto y cariño, ganadas por el sacerdote
en estos 16 años en Matías Romero.
Con
su labor, logró importantes cambios estructurales en la Iglesia Católica de
Matías Romero: tanto materiales como intangibles. La modificación de la fachada
de la parroquia y la colocación del enrejado, acción que en un principio generó
críticas en el pueblo, pero que, al poco tiempo, cuando un sujeto apedreó la
imagen de la Virgen de Guadalupe, fue aceptado por la población diciendo: “qué
razón tuvo el padre al proteger la Iglesia”.
Su
ánimo al oficiar la misa de acción de gracias y su crítica, a veces dura,
contra los malos políticos, han sido características de su actuación en esta
parroquia, así como su deseo de mejorar, de transmitir y fomentar ese amor al
prójimo.
Su
labor pastoral y su deseo de ayudar al más desprotegido, lo impulsó a establecer
en Rincón Viejo, Santa María Petapa, la Casa del Migrante; además de siempre
estar fomentando acciones de participación comunal y obras humanitarias como:
recolectar víveres, medicina y ropa.
Su
exigente puntualidad para iniciar la misa, sus llamados de atención a los
parroquianos para no interrumpir la liturgia con el sonido del celular, sus
talleres y actividades para fomentar la unidad familiar, el inculcar entre los
niños y jóvenes el fervor a Dios y el reforzamiento de los grupos de catequesis
en las diferentes colonias y sectores de Matías Romero; son algunos de tantos
logros, siendo ya, él mismo, parte de la comunidad.
Tras
escuchar, que un sector de la feligresía resiente y se niega al hecho de que sea
cambiado de parroquia; el padre sólo les repite la frase de Jesús: “el que
quiera cargar mi cruz, que la tome y que me siga”.