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Juchitán (Norma Guzmán Sibaja).- Sólo bastaron 6
segundos en Ciudad Acuña, Coahuila para generar destrucción y muerte. Más de
una decena de personas fallecieron, varias aún se encuentran desaparecidas, más
de 300 viviendas destruidas, decenas de vehículos, cual historia de terror, se
podían observar sobre los techos de las casas o volcados sobre los campos, se
trata, dijeron las autoridades “de una destrucción atípica, con daños mayores”.
Este
fenómeno natural, que generalmente observábamos en algunos estados de la Unión
Americana, hoy, se registra con mayor frecuencia en nuestro país: Estado de
México, Veracruz, Tlaxcala, Chiapas, Jalisco, Puebla, Michoacán y Coahuila han
dado muestra de ello.
En
el marco de la conmemoración del 5 de Junio, “Día del Medio Ambiente”, grupos ecologistas han hecho un llamado para
que la humanidad completa se pregunte ¿qué estamos haciendo con nuestro entorno
natural?
Académicos
se han referido a los cambios derivados de la deforestación, las quemas
agrícolas, la destrucción de cerros, la extensión de la ganadería, el
crecimiento urbano y el consumismo, como factores que han generado fenómenos naturales
de grandes dimensiones y terribles consecuencias sociales, como son: los huracanes
y tormentas tropicales persistentes, que provocan inundaciones y deslaves.
O
bien las sequías prolongadas y calores intensos, que causan incendios
forestales, pérdida de cosechas y escasez de agua. Pero más intensos aún, han
sido los fuertes vientos registrados en la zona de La Ventosa, trombas atípicas
en el Istmo de Tehuantepec y, hasta el mar de fondo en playas de Oaxaca; lo
cual, aunado a la destrucción que generó hace unos días el tornado en Ciudad
Acuña, generó una alerta, sobretodo, en grupos ecologistas y derivado a la
ignorancia sobre la formación de un tornado.
Ismael
Pérez García, especialista del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM,
explicó que para que un tornado se forme, debe existir calentamiento extremo de
radiación solar, humedad y corrientes de aire frío; ¿no se tienen esos
elementos en la zona del Istmo de Tehuantepec?, se cuestionaron algunos
ecologistas.