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Matías Romero (Rosa Ma. Villalobos).- Juana Inés Ramírez Villegas, Presidenta de la
UCIZONI, Elizabeth Lara, titular de los derechos Humanos y el sacerdote,
Alejandro Solalinde, de la Casa del Migrante, encabezaron una reunión con el
Delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Juan Díaz Pimentel,
en las instalaciones del Hospital del IMSS en Matías Romero, derivado de las
constantes quejas por negligencia médica, mal servicio y muertes por violencia
obstétrica.
El
delegado del IMSS, Juan Díaz Pimentel, declaró que el hospital tiene
medicamento, está limpio y hay muchas cosa que aún faltan por hacer; pero para el
padre Solalinde, es preocupante el que el propio Delegado del IMSS en el estado
acentúe las diferencias entre personas de primera y personas de segunda.
Precisó que su visita al Hospital del IMSS
obedece a las constantes quejas y comentarios de familias, habitantes de Matías
Romero y, sobre todo, de las comunidades rurales de esta zona del Istmo, sobre
mal trato, falta de medicamento, muertes que se han registrado de mujeres o
niños ante la violencia obstétrica y la negligencia médica que parece ejercerse
en este Hospital.
Explicó
que el mismo Juan Díaz Pimentel ha hecho una diferencia entre los
derechohabientes y los prosperohabientes; pues en la reunión aclaró que los
derechohabientes pagan y dan dinero y los prosperohabientes no, solo exigen
atención.
El
clérigo lamentó esta situación, puesto que todos, sean derechohabiente o de
Prospera, todos, contribuimos con nuestros impuestos, por lo que el Hospital
debe estar obligado a atender de manera general, equitativa y pareja a todos.
“Si
el IMSS no tiene recursos propios, los recursos que recibe son del pueblo, aquí
no debe haber pacientes de primera o de segunda clase. Porque la constitución
es muy clara en el artículo primero, sin distinción alguna, todos somos iguales”,
expuso quien está al frente del albergue “Hermanos en el Camino”, en Ixtepec.
Duele
escuchar esto, dijo Alejandro Solalinde, sobretodo viniendo del Delegad, pues
quiere decir que los más pobres, que son los más amolados, como son los indígenas, resulta que para Díaz
Pimentel, ellos no tienen derechos porque son pobres, añadió el sacerdote.
Explicó
que los indígenas, los más pobres, en sus comunidades, algunos no llegan ni a
clínicas rurales, y resulta que quienes sí cuentan con clínicas, como son
pobres les dan las sobras porque ahí no hay nada, entonces los remiten al
Hospital de Matías Romero y en este nosocomio los tratan muy mal los médicos
son impositivos, en algunos casos los rechazas o son negligentes; por lo que
seguirán muriendo muchas otras personas a causa de este mal servicio, explicó
el sacerdote.
Aclaró
que no quiere generalizar, pues las personas han señalado que hay médicos y
enfermeras que han sido honestos, que los tratan bien; pero en la mayoría de
los casos no ha sido así y todo se queda a criterio del Director, dijo.
Agregó
que es preocupante por lo que a traviesan muchas familias de San Juan
Guichicovi, de las comunidades rurales de Matías Romero o de Petapa, de San
Juan Mazatlán o Cotzocón, que llegan en busca de atención médica y sólo reciben
desprecio y malos tratos.
Por
lo que exigió al Delegado Estatal que se abra una investigación, que se abran
carpetas con los casos de estas personas que han denunciado malos tratos y
específicamente de quienes han denunciado muertes de familiares por mala
atención o por una atención retardada; que se ponga un remedio al personal
negligente, que se sanciones los malos tratos y, sobre todo, resaltó, se
requiere de corregir la situación para que estos casos de muertes maternas, de
malos tratos o atención negligente no se vuelva a presentar.
Preció
la necesidad de que la Contraloría Interna realice una investigación y conteo de
los casos y quejas, contra qué personal y por qué causas; además de realizar
algunas reuniones de seguimiento y, lo más importante, dijo, hay que escuchar a
las víctimas y si Juan Díaz Pimentel se niega a escuchar a las víctimas, este sería un camino largo y sin solución, pues el titular parece solo escuchar una
parte del conflicto, lamentó.