LAS HERIDAS QUE DEJÓ EL TERREMOTO


LAS HERIDAS QUE DEJÓ EL TERREMOTO


Istmo de Tehuantepec (Adiene Guadalupe).- Las autoridades y las organizaciones están preocupados por la recuperación y la reconstrucción de edificios, casas y escuelas; pero no se dan cuenta que hay heridas más profundas que dejaron los sismos de Septiembre y que afectan la salud de cientos de Istmeños; principalmente, los adultos mayores.

Recuperar la salud emocional será más difícil que cubrir grietas y reconstruir paredes y techos. En Juchitán, Ixtaltepec, Unión Hidalgo, Tehuantepec, Matías Romero y otros municipios se habla del stress que generó en un principio el temblor del 7 de Septiembre, para después, con los sismos subsecuentes, mermar en el ánimo de nuestros abuelos, quienes muestran signos de depresión.

Las heridas que dejó el temblor no se curan con cemento y varillas. Hombres y mujeres de la tercera edad se lamentan por los sacrificios realizados para construir sus viviendas, el patrimonio de sus hijos. Las comidas que no realizaron en restaurantes, las limitaciones económicas, los

viajes que dejaron de realizar para poder fincar un hogar y tener la seguridad de un techo y una vivienda digna.

Sabemos de personas mayores que han muerto en el Istmo “sólo de un paro cardiaco”, sin mayores síntomas: “por la edad”. Pero también sabemos que sus ojos se llenaban de lágrimas al observar las ruinas, el espacio vacío, las grietas entre paredes. Algunos dejaron de hablar, perdieron el apetito, sólo observaban.

Hay heridas que dejó el terremoto y que aún nadie o muy pocos se atreven a intentar curar, la reconstrucción del alma, pues a pesar de que somos sobrevivientes, el dolor se ha pegado en nuestros pechos exigiendo una extracción inmediata.

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