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Matías Romero (Norma Guzmán Sibaja).- Gritos,
prepotencia, insensibilidad, fueron los predominantes en el proceso de verificación
de “sobrevivencia” de las personas beneficiadas en el padrón de “70 y más”.
Los
ancianos, algunos de ellos transportados en carretillas, otros más a paso lento,
o apoyados de su bastón; llegaron al parque “Daniel González Martínez” durante
la mañana del martes para poder cumplir con el requisito.
La
mayoría criticó el trato humillante y prepotente que se les otorgaba por los
enviados de SEDESOL. Otros más, de manera callada, esperaron por más de 12
horas para ser atendidos.
El
día concluyó y aún después de las once de la noche, los adultos mayores
esperaban que su turno fuera llamado. Primero de la “A a la H”, informaron;
pero, era casi media noche y aún no llegaban a la “E”.
Poco
control, desorganización y desfachatez, al gritarle uno de los empleados de
SEDESOL a una anciana “hágale como quiera, ayer se atendió a esa letra y ya hoy
es el último día, ahora hasta dentro de 4 meses”.
Caras
largas y ninguna autoridad que pueda hacer algo en contra del mal trato y
humillación por la que deben atravesar nuestros ancianos, gente de experiencia
y de trabajo; por un apoyo, que en poco o mucho, hace “pasadera su vejez”.
