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Matías Romero (Colaboración).- Cada 31 de Diciembre,
además de festejar el año que culmina y esperar con optimismo el año que
comienza, en el Istmo de Tehuantepec vivimos una de las tradiciones más alegres
y llenas de sincretismo.
Se trata de la tradición de El Viejo…. Misma que en
la actualidad, en esta ciudad se ha transformado en un carnaval gay.
Los participantes ya no cantan las rimas
tradicionales, ni representan al viejo ni a la viuda, mucho menos al bebé.
Tres personajes que son claves, puesto que el viejo
significa el año que está acabando y que morirá a las 12 de la noche, el bebé
representa al año nuevo y la esperanza; mientras que la viuda somos todos los
demás, que continuamos disfrutando, sufriendo, amando y gozando, en cada año
que transcurre.
Ciertamente estas representaciones alegran las
calles de Matías Romero desde la mañana del 31 y hasta ya entrada la noche. Sin
embargo, ahora, parece ser el pretexto de los hombres; chicos o grandes, para
salir del closet, ponerse sexys y andar luciendo sus atributos, en algunos
casos, muy femeninos.
La comunidad homosexual utiliza la fecha para salir
a las calles lo más destapados posibles. Ya no hay cantos, ya no hay baile;
sólo una simulación de la pornografía a la que diario están expuestos nuestros
menores hijos y nietos. Misma que, al parecer, vemos con toda naturalidad, nos
alegra y les aplaudimos y hasta les damos dinero.
Entonces, yo cuestiono a los padres de familia por
su doble moral. El 31 de Diciembre aceptan, disfrutan y hasta impulsan a sus
hijos varones a ponerse tetas, zapatos de tacón y pintarse los labios; celebran
a la comunidad de la diversidad sexual que deambule por las calles en babydoll, que para algunos, eso ya es mucha
ropa, porque la mayoría anda sólo en tangas…
La pregunta es ¿por qué pegan el grito en el cielo
cuando sus hijos varones les hacen ver su preferencia sexual? ¿Por qué sancionan
a sus hijas mujeres o critican y señalan a las hijas de sus conocidos cuando
utilizan ropa muy justa, corta y transparente?
Acaso no es lo que ellos aprenden cada 31 de
Diciembre con estas nuevas modalidades de El Viejo. Tal vez una recomendación
de la gente de mi edad, sobre todo a los padres de familia de esta generación:
“RECUPEREMOS NUESTRAS TRADICIONES, ENSEÑEMOS A NUESTROS HIJOS Y NIETOS LA
BELLEZA DE NUESTRAS COSTUMBRES”.