Posted by Expresion Noticias in
Oaxaca (Pronunciamiento).- Nosotras mujeres de Oaxaca,
que hemos nacido en esta tierra o que vivimos en ella, que somos
profesionistas, amas de casa, mujeres que trabajamos de manera independiente o
en instituciones públicas o de la iniciativa privada, y que aportamos al
desarrollo económico de la entidad; somos madres, hermanas, hijas, somos
ciudadanas que creemos en la libertad y
estamos convencidas, por los hechos cotidianos, que la violencia
feminicida y el feminicidio no se resuelven con “acuerdos” porque los acuerdos solo
reflejan compromisos “de buena fe”, porque esa violencia que tanto nos indigna
y daña, que no garantiza nuestros derechos fundamentales que determinan nuestra
condición de humanas, demanda acciones concretas, específicas y fundamentales
que son originalmente obligación y responsabilidad de quien gobierna esta
entidad.
Somos nosotras, mujeres que solo representamos nuestra
voluntad personal, las que vemos con extrañeza y desconfianza el llamado del
gobierno del estado, encabezado por Gabino Cué Monteagudo, porque el acuerdo al
que convoca este día no coloca la violencia feminicida ni los feminicidios como
uno de los antecedentes que dan origen, suponemos, a esta firma, aún cuando en
poco menos de la mitad de su sexenio, han sido asesinadas 226 mujeres,
adolescentes y niñas, lo que equivale a una cifra promedio que produce
indignación: 6.7 mujeres por mes asesinadas en Oaxaca, sólo teniendo como
referencia los diarios locales.
Nosotras, frente a esas estadísticas, vemos que en Oaxaca,
la vida de todas las mujeres está en una situación de emergencia nunca antes
vista, si comparamos y observamos que se ha duplicado la cantidad de asesinatos
cometidos contra mujeres por mes frente a los resultados trágicos de al menos
las dos administraciones públicas que le antecedieron.
Nosotras, consideramos que no es necesario convocar a la
firma de un acuerdo, donde incluso participará la iglesia, la más grande de las
instituciones opresoras en la historia de la humanidad de los derechos y
libertades de las mujeres, la iglesia que nos ve como “la mujer mutilada,
tapiada, tapada”; la iglesia de la exclusión permanente y que no reconoce sino
hasta hace poco más de cinco siglos nuestra esencia humana. Es la iglesia que
protege y encubre a los pederastas de niñas, niños y adolescentes. Es la
iglesia que condiciona a las mujeres a silenciar la violencia como única forma
de preservar a la familia, aún a costa de sus vidas.
Nosotras, consideramos que bastaría entonces que el
aparato de gobierno cumpliera a cabalidad con su obligación de proteger la
libertad y la vida de las mujeres, tal y como la constitución mexicana y los
acuerdos internacionales firmados por México lo mandatan y por tanto lo
obligan. Su papel como gobernante es apegarse a las leyes, es hacer solo y
únicamente lo que esas leyes le mandatan.
Nosotras, pensamos que mientras
que la exclusión que viven las mujeres frente a la violencia se desarrolla en
espacios de solitariedad y siniestramiento -una visibilidad invisibilizada-,
esta misma exclusión es comentada, leída, discutida y legislada lejos de su
origen, por ello las mujeres no se ven ahí, desconocen estas leyes tan lejanas
a ellas como su tranquilidad y como la equidad jurídica a que tienen derecho.
Nosotras estamos seguras de que las instituciones están
implicadas y obligadas a regular un orden en la cultura -en las ciudades, medio
rural, colonias, barrios, municipios, poblados, etc.- capaz de contener y
prevenir y/o poner un límite a la violencia a la que está sometida cada vez más
el 51% de la población humana representada en las mujeres.
Nosotras, como muchas otras mujeres nos avergonzarnos,
indignamos y condenamos la violencia humana, pero, ello no sirve, no es la
solución, más bien es lo que nos sume en una cierta impotencia –permisiva- que
nos paraliza, paraliza la acción ciudadana de reclamo hacia el gobierno y las
autoridades por una falta de acción o por omisión.
Nosotras, ciudadanas exigimos que frente a la aplicación
de la ley y su observancia el gobierno actúe con eficacia, no con ocurrencias
mediáticas sino con apego a las leyes, reiteramos.
Nosotras, ciudadanas con derechos, demandamos que las
autoridades asuman una ética de la responsabilidad, sean y actúen como una
autoridad moral poniendo límite y freno a este odio que parece imparable.
Nosotras, rechazamos los actos de simulación como
mecanismo de protección ante la incompetencia, y creemos con certeza que el
“acuerdo” que hoy suscriben es un acto mediático que carece de acciones y
definiciones para contrarrestar el doloroso fenómeno de la violencia contra las
mujeres, cuyo costo es incalculable. Su acuerdo no tiene temporalidad, ni
ofrece resultados a corto o largo plazo, no sabemos cómo pretenden
autoevaluarse, ni qué metodología aplicarán, la rendición de cuentas y la
transparencia, tan necesarias hoy ante la falta de resultados.
Nosotras, hemos analizado su documento y confirmamos que
es sólo una acción oportunista que pasa sobre el dolor de las familias, de las
madres, padres, hijos e hijas de las mujeres asesinadas y las sobrevivientes de
la violencia, porque no concretan especificidades para la definición de
políticas estatales o municipales, que sin duda implican la inaplicabilidad de
estas como ha ocurrido con otras políticas públicas.
Nosotras, mujeres de Oaxaca, insistimos y no quitaremos
el dedo del renglón, es obligación de quienes están al frente del gobierno,
accionar políticas públicas específica y concretas que para prevenir, atender,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres de todas las edades, en
todo el territorio oaxaqueño, dentro y fuera de su casa, en la calle, en el
trabajo, en la escuela, en todos los espacios públicos y actuar en contra de
quién o quienes sea necesario.
Nosotras, reiteramos nuestro rechazo a la creación de
nuevos organismos, nuevos espacios o firmas de acuerdos, bastaría, insistimos
con que cada quien cumpla con lo que la ley les obliga y preguntamos ¿dónde
está el Consejo Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la
violencia contra las mujeres?
Nosotras rechazamos tajantemente que se sigan
desperdigando esfuerzos, pero sobre todo recursos públicos en actos de
relumbrón, que en nada benefician a las mujeres, en especifico a las que por
alguna razón sufren violencia de forma reiterada, sin que puedan saltar esa brecha
por falta de oportunidades y que frente a ellas, las instituciones, señalen que
no pueden actuar por falta de recursos.
Nosotras, mujeres de Oaxaca, nacidas o radicadas en esta
entidad, no quitaremos el dedo del renglón y por ello rechazamos desde ahora
este acuerdo, la firma de un documento, que cómo tantos otros se han signado en
los últimos tiempos, bastaría –insistimos- con que ustedes cumplieran con las
obligaciones para los cuales han sido mandatados.
Queremos resultados,
concretos y específicos que se reflejen en nuestra vida cotidiana, en lo
público y en lo privado, sin dobleces ni condiciones. Queremos vivir en
libertad y sin violencia de género en contra de nosotras.
“Feministas en Oaxaca”
Alba
Leilany Victoria Ortiz, Ana María Emeterio, Anel Flores, Anne-Katrin Stahn, Aurea
Ceja Albanés, Aurora Velasco Santiago, Beatriz Hernández Bautista, Daniela
María García, Daniela Ramírez Camacho, Edith Hernández, Edith Matías Juan, Edith
Magali Jiménez Sánchez, Erika Carbajal, Erika Lilí Díaz Cruz, Evlin Aragón, Flor
María Cervantes Rojas, Flora Gutiérrez Gutiérrez, Gilda Genis, Gerarda López
Salas, Hilda Rodríguez, Irene Hernández Arriero, Jazmín Cruz, Laura Susana Chía
Pérez, Lidia Aguado, Lidia Gaspar García, Magdalena Gámez Bojórquez, Mandy
Elder, Mary Carmen Ortega, Mayra Morales, Mayra Serret, Magali Jiménez, Mónica
Bustamante, Noemí Ayuuk, Rosy Velasco, Soledad Jarquín Edgar, Trinidad Bartolo
López, Violeta Hernández Andrés, Viridiana J. Canseco Zárate, Yadira Cruz, Yesenia
L.H, Yamile Gómez, Yésica Azucena Díaz Cruz, Yésica Méndez y otras más que cuyos nombres no aparecen
porque les arrebataron violentamente la vida.