NA´ALEJANDRINA, EL ADIÓS A UNA LUCHADORA

Juchitán (Mariano López Gómez).- Na Alejandrina se llamaba, era una señora de edad avanzada, muy respetada en la sociedad Juchiteca, Madre de hijos con ideas revolucionarios, madre de un ex preso político de la sección 22. Na Alejandrina López de Magariño fue una mujer combativa e incansable, desde los inicios de la COCEI, Na Alejandrina formaba parte de las mujeres aguerridas, combativas de esa organización, realizó junto con sus compañeros de organización huelga de hambres en la ciudad de México, en los años álgidos de la COCEI, organización que después abandono al sentir que desviaron su rumbo, siempre fue una defensora de derechos humanos, aunque en otros años no se hablaba de derechos humanos.

Na Alejandrina siempre fue integrante activa de distintos grupos de la iglesia católica, a ella la conocían muchos sacerdotes, era una mujer disciplinada, organizaba su tiempo para cumplir con las actividades de la iglesia católica, como para participar en las distintas protestas y luchas, Na Alejandrina sentía las injusticias, a pesar de su edad se integró a la lucha por la defensa de nuestro territorio Binni Zaa en la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco (A.P.P.J.) siempre de buen humor y con dignidad para luchar y resistir contra las invasiones de empresas eólicas en territorio zapoteco, era de las pocas personas que asistía puntual a nuestras reuniones, participaba en las marchas, le gustaba escuchar informaciones que vertíamos y sus opiniones estaban cargadas de emoción y motivación para luchar.

Recuerdo en una de las reuniones extraordinarias en el callejón de los pescadores, na Alejandrina habló emocionada de la lucha magisterial y en especial de su Hijo Heriberto Magariño dirigente regional del istmo de la sección22, en esa tarde se encontraban con nosotros dos abogadas, defensoras de la organización Prodesc, que casi no hablaron debido a que  Na Alejandrina de la A.P.P.J. nos platicaba de la ocasión que fue apresado por primera vez su hijo Heriberto Magariño y que uno de los policías se dirigía  con respeto a su hijo, y dijo que sabía que la lucha de la sección 22 era justa.

En los procesos de lucha por la defensa del territorio, Na Alejandrina nos acompañó y participó como integrante de la A.P.P.J. al igual participó con nosotros en distintas fases de la “consulta indígena” en Juchitán, inclusive uno de sus hijos combativos de nombre Juan Magariño, no había notado que su madre se encontraba entre nosotros,  hasta después que Juan tomó el micrófono y dio su punto de vista, se dio cuenta que su madre se encontraba en la asamblea de la consulta  a pesar que ya era muy noche, entonces pasó a saludarla.

A Na Alejandrina le molestó las actitudes y traición de dos personas de una radio “comunitaria” que se encuentra ubicada en la 7ª sección, esas personas pretendían desintegrar la A.P.P.J. y aseguró jamás volver a aportar donaciones económicas al encargado de esa radio, debido a que buscaban  confrontar y desintegrar a la base de la A.P.P.J con violencias, calumnias, mentiras y traición, para Na Alejandrina la violencia que ejercían esas dos personas era por instrucciones de algún priista, desde entonces dijo la Asamblea somos nosotros y no esos de esa radio, y dijo la lucha la hemos hecho nosotros, y esa radio solo perjudican nuestra lucha,  agregó ya le dije a una de mis hijas que no escuche esa radio, explique que me hicieron enojar, nos traicionaron, asentó  la compañera Na Alejandrina.

En una de las protestas y mítines contra la reforma educativa  y en exigencia de la libertad de su hijo Heriberto Magariño entonces preso político, Na Alejandrina con bastón en mano, tomó el micrófono para decir lástima que ya no tengo tantas fuerzas para luchar contra el gobierno de Peña Nieto, exclamó, mi hijo no mató, no robó, porque lo tienen encarcelado. Incluso en una tarde noche desde la barricada en la carretera de Juchitán cantó con voz valiente, con casi 80 años que se dibujaba en su rostro, su cabellera y su corazón que estaba golpeado por las  injusticias del gobierno, entonó  junto con las voces que nos encontrábamos en ese lugar la canción “el pueblo unido jamás será vencido”.

Las injusticias y los golpes ingratos e inhumanos que le propició el gobierno, al  encarcelar por segunda ocasión a su hijo Heriberto Magariño un 10 de mayo, degradó el estado físico, el corazón y acabo con la vida de una luchadora social, de una defensora comunitaria, de una compañera de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, de una gran mujer, de una Juchiteca, de Na Alejandrina López de Magariño quien tenía un enorme corazón. Era como la madre de los que compartimos luchas justas, como una madre revolucionaria fue Na alejandrina, una mujer Istmeña, una zapoteca.


¡ Ni perdón, ni olvido!¡ Siempre te recordaremos Na Alejandrina!
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