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Matías Romero (Miguel Fernando).- La violencia contra la mujer en la zona norte del Istmo ha tomado nuevos matices; los hombres previenen el ser procesados por el delito de violencia intrafamiliar y abusan de sus cónyuges de formas más viles y violentas, tratando de no dejar huellas; aceptaron luchadoras sociales.
Este lunes, una mujer más se convierte en estadística, Marbella Pérez Joaquín, fue reportada sin vida al interior de su vivienda, ubicada en calle Magnolia y Violeta, de la Colonia Los Robles Poniente de Matías Romero.
En este año, tres mujeres han perdido la vida en Matías Romero en forma trágica y por demás violenta, sin que las autoridades hayan informado al respecto, por comentarios de los vecinos y declaraciones de los propios familiares, se sabe que estas mujeres murieron a causa de las golpizas que les propinó su cónyuge.
El caso más documentado fue el de Jennifer Antonio Carrillo, de 18 años, presuntamente rociada con gasolina y quemada por su pareja, quien huyó y, finalmente, fue aprendido en un estado del norte del país.
Para Constansa Cruz, integrante del Centro para los Derechos de la Mujer "Naaxwiin", a 17 años de haberse establecido esta casa de ayuda y orientación para la mujer en Matías Romero, han sido múltiples y muy variados los casos de violencia atendidos, no sólo de las comunidades rurales de los municipios que conforman esta microregión, sino también en las propias ciudades.
Precisó que a través de "Naaxwiin" se han ofrecido talleres de orientación y empoderamiento de la mujer, conferencias a jóvenes, hombres y mujeres, tratando de maximizar la importancia de conocer los derechos humanos y que la mujer viva en un ambiente libre de violencia, buscando siempre una vida más equitativa.
Sin embargo, para algunos abogados, la realidad supera, en mucho, el trabajo que se desarrolla para difundir los derechos e impedir que se sigan presentando casos de violencia intrafamiliar y de género.
Sobre todo, aseguraron, porque es un tema de educación, de repetir los patrones que se tuvieron en la infancia, la mujer prefiere desistir de cualquier proceso jurídico para castigar o sancionar a su pareja, regresa al hogar conyugal y la violencia vuelve a repetirse, cada vez con mayor fuerza, hasta que se registra el femenicidio, abundaron.