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Istmo de Tehuantepec (Redacción).- Cientos de Policías
Federales han estado en el Istmo de Tehuantepec, aunado a la instalación de
nuevos retenes de soldados y, la propia policía de cada uno de los municipios,
supuestamente, cada vez más preparada. Sin embargo, todo se queda en discurso y
no en acciones, pues los hechos sangrientos en los diferentes municipios de
esta región Istmeña dan muestra palpable de que la presencia policiaca y los
operativos de seguridad son ineficaces e inoperantes para combatir, frenar y
eliminar la inseguridad.
En
el Istmo ha aumentado el número de ejecuciones,
extorciones, venta ilegal de gasolina y tráfico de armas de grueso calibre,
situación que quedó de manifiesto el pasado 31 de Diciembre, pues en la mayoría
de los municipios istmeños se dijo, se escucharon detonaciones de armas de
fuego, como parte de los festejos de fin de año.
Los
asesinatos se registran en cualquier momento, en cualquier lugar; estando
expuesta toda la sociedad civil; como fue el caso, el 26 de noviembre del año
pasado, en la gasolinera de El Espinal, donde fue acribillado el ex presidente
municipal de Guevea de Humboldt, Isaí Ortiz Hernández y, en el lugar, también
fue herido el despachador de la gasolinera.
Otro
caso semejante se registró en el crucero de Juchitán, hombres en una motocicleta
dieron alcance y asesinaron a balazos a la profesora, Rosa Elba Cruz Toledo,
quien viajaba a bordo de un taxi.
En
Matías Romero, pocos días después del 7 de septiembre, 4 trabajadores de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE), fueron víctimas de secuestro virtual en
un Hotel de la ciudad, estos trabajadores llegaron de Villahermosa para poyar
en la reparación del servicio y líneas, daños causados por el terremoto. Sin
embargo, a través de llamadas telefónicas y mensajes de internet un “supuesto
grupo de los Zeta” los mantuvo retenidos en el hotel, expuestos y temerosos,
hasta que lograron extorsionarlos con una suma de dinero.
En
la congregación de Llano Redondo, Estación Almoloya, perteneciente al Barrio de
la Soledad, Óscar
Eduardo Ramos Navarro y Juana María Navarro, hijo y madre, fueron asesinados y
arrojados a una fosa séptica cerca de un chiquero entre un terreno de siembra y
la casa de los occisos.
Entre
muchos otros casos, como el sujeto que se hacía pasar por integrante de la
banda delictiva de “Los Zetas” y que extorsionaba a comerciantes de Matías
Romero o el atentado que, en la primera quincena de octubre, sufriera el tesorero
municipal de El Barrio de la Soledad y un policía al tratar de robarles el
dinero de la nómina.
Los
delincuentes siguen operando en el Istmo de Tehuantepec y pareciera que le
ganan terreno a los uniformados, cada día incrementa la cifra de: secuestros, robos,
asesinatos, extorsiones y, en su mayoría, delitos cometidos, cada vez, con
mayor violencia. Desde Chahuites hasta Lachiguiri, de Salina Cruz a María
Lombardo, de Juchitán a Ixtepec o Unión Hidalgo, ningún municipio se mantiene a
salvo y el fuego cruzado, cualquiera puede perder la vida.