DIEZ MENTIRAS DE LA REFORMA ENERGÉTICA: CAROL

México, D. F. (Boletín).- Aprobar la reforma energética, cuando más de un millón 600 mil ciudadanos han cumplido los requisitos del artículo 35 de la Constitución para que el tema se someta a consulta popular, es menospreciar la opinión ciudadana e ignorar un derecho constitucional.

Los argumentos del PRI, PAN y Partido Verde incluyen una gran mentira. Afirmarán que la reforma no privatiza, cuando el artículo 25 abre al sector privado la generación eléctrica dejando al sector público el control del sistema y la distribución de la electricidad. Más aún, la exposición de motivos del Ejecutivo claramente propone la participación privada en refinación, petroquímica básica, transportes, almacenamiento y distribución de hidrocarburos.

Todo eso es privatizar. Privatizan la actividad petrolera estableciendo contratos, y peor aún, licencias, que otorgarán un bien público a empresas extranjeras; también es privatizar entregar los recursos del subsuelo como pago a las empresas, que podrán registrar en su contabilidad los contratos obtenidos, lo cual es indigno de un país soberano, pues con la riqueza nacional como respaldo van a obtener créditos internacionales. ¡Háganme el favor! ¡Un país con la historia de México con su riqueza bajo dominio extranjero como país bananero!

PRI, PAN y Partido Verde dirán que no van privatizar porque en México las privatizaciones sirvieron para acumular riquezas sin beneficiar a la sociedad. No tienen cara para reconocer que van a entregar la riqueza nacional y por eso a su acto de traición ahora agregan la cobardía de negarlo.

La televisión privada es un duopolio sin control, los bancos privados fueron rescatados con el FOBAPROA y ahora son extranjeros, las carreteras privadas se rescataron con recursos públicos, los teléfonos se privatizaron generándose al hombre más rico del mundo mientras se pagan tarifas desproporcionadas, y los ferrocarriles privados desaparecieron el transporte de pasajeros.

Cambiar la relación entre las petroleras internacionales y el Estado mexicano es riesgoso. El país tiene instituciones débiles, autoridades desacreditadas por su ineficiencia y corrupción. Hay zonas del territorio bajo control criminal y existe una debilidad de la clase política ante el poder del dinero. El gobierno que no puede encontrar al Chapo Guzmán ni con La Tuta ¿va a poder resistir las presiones de las grandes empresas trasnacionales para obtener contratos y privilegios?

Le estamos abriendo la puerta no solo a los intereses económicos de las empresas extranjeras sino a sus intereses políticos, que nunca han sido los mismos de la población mexicana.

El dictamen es contradictorio, y se sostiene en muchas mentiras, pero basta con señalar diez.

1.     El sexto párrafo del artículo 27 incluye una frase en apariencia nacionalista, que dice que los hidrocarburos en el subsuelo son propiedad de la nación, pero el resto del dictamen y especialmente el Transitorio Cuarto hacen evidente el engaño, al incluir la contratación de utilidad o producción compartida y especificar que el pago de esta modalidad se hará con un porcentaje la producción obtenida.

2.     Uno de los supuestos ejes de la reforma es el cuidado al medio ambiente, pero se apoya la extracción de gas y petróleo de las piedras de lutitas. Se usarán químicos tóxicos, contaminando millones de litros de agua en el Norte del país donde ya se carece de esta. La Minuta omite que en Francia, además de diversos estados de la Unión Americana se ha prohibido la fracturación de lutitas por el daño al medio ambiente.

3.     Se ha exagerado al decir que el país está en riesgo porque no se han recuperado las reservas petroleras. Eso niega el éxito de Pemex en los últimos 4 años. Con datos oficiales, por cada barril de petróleo ya se encuentra otro en la exploración. El argumento de la urgencia para no “convertirnos en importadores de petróleo” no tiene sustento. La meta de la iniciativa del Gobierno Federal de “lograr tasas de restitución de reservas probadas de petróleo al 100%” ya se logró y sin reforma constitucional.

4.     Otra mentira es que la única manera de tener tecnología es con contratos de utilidad compartida o licencias. Falso. Pemex fue la primera empresa en exploración de aguas profundas entre 2003 y 2012 de acuerdo con la consultora Wood Mackenzie. Es la tercera empresa del mundo en la incorporación de reservas en el periodo 2003- 2012. El valor creado, por dólar invertido, fue de 6.4 dólares, mientras que Petrobras obtuvo 3.6 dólares y British Gas obtuvo 3.1 dólares

Pemex lo logró con contratos de servicios multianuales, sin licencias ni contratos de utilidad compartida.

5.     La minuta no resuelve la diferencia del régimen fiscal de las petroleras. Mientras Pemex tiene una carga fiscal de 67%, Statoil paga 19%. La minuta es omisa porque no aclara cómo será el régimen fiscal de la empresa más importante de México.

Si no se termina el régimen confiscatorio de la Secretaría de Hacienda, Pemex va a entrar en desventaja en la competencia y eso implica favorecer su desplazamiento a mediano plazo.

6.     Una mentira adicional es que la privatización baja los precios de manera automática. El mercado eléctrico se reformó en 1992, el 36% del consumo lo cubre el sector privado, pero la gente no paga menos y sólo se benefició a los grandes usuarios. Los ductos petroleros se abrieron al sector privado desde 1995 y ello no representa mejorías relevantes.

7.     Otra falsedad es que Pemex se beneficiará con la llamada “ronda cero” en la que se distribuyen los campos de exploración. El Transitorio Sexto establece condiciones que atentan contra Pemex al darle 90 días para que acredite sus capacidades, cuando hoy no está organizado para tal fin y requiere su reorganización. Las exploraciones que haya realizado solo podrán explotarse durante 3 años o se podrá entregar esa zona al sector privado.

Además es absurdo que sea la Comisión Nacional de Hidrocarburos y no Pemex quien decida con cuáles empresas debe aliarse. Eso genera parálisis productiva e invade la capacidad de gestión de Pemex cuando el consenso es darle autonomía.

8.     Otra mentira. El dictamen aplaude que no se incluyan las concesiones “que confieren derechos a los particulares para aprovechar los bienes del dominio de la nación”, pero establece la figura de licencias, que es lo mismo, y aún más se incorpora en la Constitución la frase “entre otras”, dejando abierta la puerta a la discrecionalidad en las modalidades de contratación.

Eso es un monumento a la opacidad y la sin razón ¿Cómo va ser posible que en la Constitución se use un “entre otras”? Eso contradice cualquier noción de seriedad y certeza legislativa.

9.     La oferta de reducir el pago de electricidad en las familias es demagogia y no está vinculada a la reforma de manera inmediata. El precio de la electricidad se puede manejar en la política económica, mientras que la substitución de diesel por gas natural, aun cuando la reforma se apruebe, no tendrá efectos naturales, hasta que se concrete la exploración, la producción del gas y que se use para generar electricidad.
10.           Es una mentira que los trabajadores no serán afectados. El cuarto párrafo que del artículo 25 establece que las leyes secundarias del sector energético definirán “el régimen de remuneraciones de su personal”, lo que constituye una legislación laboral de excepción. Por eso es una falacia que se protejan a los trabajadorescon el Segundo Transitorio.
Lo de menos será la salida del Consejo de Administración o Romero Deschamps que debiera estar en la cárcel. Los afectados con el nuevo régimen serán miles de ingenieros y trabajadores petroleros que por años construyeron una gran empresa, pero que al momento en que se formen las nuevas empresas productivas del Estado, tendrán en riesgo sus prestaciones y contratos colectivos.
·        Adicionalmente, esta minuta, elude de forma irresponsable el impacto presupuestario, aunque la reforma incluye la creación de organismos como la Agencia Nacional de Seguridad Industrial.
Esta legislatura está bajo la dictadura de una mayoría arbitraria y no ejerce su facultad de cámara revisora con el cuidado necesario, especialmente en materia constitucional.
En síntesis, la contrarreforma energética tiene en lo general un efecto privatizador y omite la consulta popular. En lo particular, está sustentada en engaños y omisiones.
La Minuta es una regresión y un duro golpe a la soberanía energética. Sus autores no quieren decirle a la gente que están cometiendo la atrocidad de entregar al extranjero  la principal actividad económica de este país. Los diputados que lo apoyan no tienen cara para ir a sus distritos y decir que aprobaron algo que nunca estuvo en la plataforma electoral. Los reto a que se presenten en sus distritos a decir que traicionaron la nacionalización del petróleo y la electricidad.
Este pueblo tiene memoria histórica. Puede ser que tengan los votos y la desvergüenza necesaria para consumar esta atrocidad. Pero nunca tendrán la razón histórica ni estarán a la altura de quienes forjaron este país.
Por eso les digo; esto no acaba aquí. La lucha por la Independencia no terminó con la muerte de los caudillos que la convocaron sino varios años después. La República no fue derrotada con la intervención extranjera, sus principios renacieron en la Constitución de 1857. La Revolución no fue acallada con el asesinato de Madero, porque sus banderas se condensaron en la Convención de Aguascalientes y  la Constitución de 1917.

Así que la historia no se detendrá; la lucha por un país soberano, plenamente democrático, con desarrollo y equidad social no ha quedado superada. Hoy se avanza en privatizar sin el respaldo popular. Pero también es cierto que vendrán nuevas etapas y empezará una nueva lucha con nuevas banderas. Aquí estaremos con ánimo, sin amargura, convencidos de que es posible construir y defender un proyecto nacional y una patria soberana.
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