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allá de los aranceles, los problemas migratorios, la inseguridad y la
violencia; en México, avanza la ideología del género, no como una forma de
respeto y aceptación a las distintas formas de pensar, sino como un proceso que
pone en riesgo el núcleo básico de la sociedad: la familia; ¡Si es que aún
existe! Muchos escritores, en su mayoría
opositores a la ideología del género aseguran que esta no tiene límites… La
ideología de género establece diferencias pragmáticas con el cuerpo con el que
se nace, el rol que debe desempeñar esa persona acorde a su sexo de nacimiento,
el cómo se adapta o identifica esa persona con el sexo y cuerpo con el que
nació y el hecho de que puede cambiar, ser o hacer lo que desee, acorde a las
libertades individuales… No estamos criticando ni señalando los gustos y
preferencias, tampoco las definiciones de las personas, pero sí, el cómo estas
personas involucran a toda la sociedad en cambios de roles que nos convierten
en una sociedad “neutra”. Tal vez la nota tomó mayor relevancia tras la declaración de la Jefa de Gobierno, CLAUDIA
SHEINBAUM, sobre el uso del “uniforme neutro” en escuelas públicas, anunciando que
en primarias y secundarias de la capital, los alumnos podrían elegir libremente
el uso de falda o pantalón en forma indistinta, independientemente de su sexo….
Esto generó un gran debate en la Cámara de Diputados Federal, después se
retractó ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, hizo lo mismo el titular de la SEP y
tuvieron que aclarar que el uniforme neutro era solo para niñas, esto cuando
hiciera frío, un cambio que se ha realizado cada año, en las diferentes
escuelas del país, sin tener que hacer tantos aspavientos… sin embargo, si lo
piensa más detenidamente, ¿pudo haber sido la primera evaluación para ver si
México estaba listo para un cambio que vienen realizando los diferentes
congresos a nivel mundial? Este cambio que ha generado el interés, preocupación
y molestia de algunas religiones, pues atenta contra los valores, contra la
familia y contra el propio desarrollo del ser humano. Manifestando que se
escudan en la ideología del género personas malintencionadas que buscan
legalizar las peores perversiones y aberraciones sexuales. Como puede ser la
legalización de la pedofilia, la producción de la pornografía por el propio
estado, el matrimonio con animales y muchas otras cosas más, que entre los
mismos colaboradores de EXPRESIÓN ha generado debate y desacuerdos… Las libertades
individuales están garantizadas a todo ser humano, pero cuando se habla de
diversidad sexual, tolerancia, respeto, aceptación y vemos que con la
justificación de que tenemos una sociedad sexuada, se pretende hacer “normal”,
“visible” y hasta “permisible” el hecho de procurar una sociedad obsesionada
con el sexo. Ya no hay “intimidad”, “decoro”, no hay “privacidad” y mucho menos
“recato”. Con las redes sociales todo se hace público. Las orgías ya son cosa
del pasado, las jovencitas desnudas o masturbándose, ya no sorprenden a nadie.
Hoy, la libertad, la modernidad, el estar “in”, independientemente de la
orientación sexual de cada uno, nos conduce a la pedofilia, a la pornografía infantil, al
incesto, a las relaciones sexuales con muertos o con animales… y puede que
algunos sectores de la población lean esto como una ofensa o como un ataque.
Pero no, este escrito busca generar una reflexión, pero más que nada la acción
entre los padres de familia. Porque lo que vemos como “normal” puede generar
transformaciones grotescas en nuestras leyes, en nuestro actuar y en nuestra
vida cotidiana. La homosexualidad es bien aceptada en la mayor parte de los
municipios del Istmo. Vemos a hombres vestidos de mujeres, actuando como
mujeres. Vemos a hombres casándose con hombres y mujeres con mujeres. ¡Tienen
derecho! ¡sí! ¿Pero también tienen derecho a inculcar ideas justificadoras y
falsas para meterse en la conciencia de nuestros hijos y adoctrinarlos como
ellos quieran?… Este sector de la población cuenta con muchos espacios en los
medios. Sus declaraciones, fiestas y conferencias son nota siempre de primera.
Y quienes defienden a la familia, los valores, los roles, son tachados de
anticuados, obsoletos, pasados de moda y sus declaraciones poco llegan a ser
nota del día… Los analistas han confirmado que en dos años lo que está
sucediendo en Europa también será parte de nuestra vida diaria en América
Latina. ¿Estás preparado para esto? ¿Vas a aceptarlo y verlo como “algo normal”?
tan normal como lo es ahora el tercer género, tan normal como lo es ver a
parejas del mismo sexo tomadas de la mano o a hombres vestidos de mujer y
mujeres vestidas de hombre, casándose y exigiendo se legalice la adopción para
parejas del mismo sexo. Tan “normal” como puede llegar a ser el que adultos
mantengan relaciones sexuales con niños o el que se legalice la zoofilia en
México. En Estados Unidos han aceptado la pedofilia como “una orientación
sexual”, hombres que tienen gusto y atracción por los niños. En Holanda, los
movimientos feministas apoyan a los pedófilos. La NAMBLA es la organización
pedófila más grande en los Estados Unidos, con mayor presencia en New York y
San Francisco. La zoofilia ya fue legalizada en Canadá y en Suiza y ahora se pide
la legalización de la necrofilia, relaciones sexuales con muertos, así como el
incesto, es decir, tener relaciones sexuales con los familiares próximos. Lo
cual no es que no exista, es que no se exterioriza, no se ve, no es legal, es
sancionado tanto por la moral como por las leyes… ¿Hasta dónde llegaremos? La
sexualidad es una naturaleza humana, pero normarla, conducirla y orientarla es
una capacidad del ser humano, vigilada de cerca por la familia, quien inculca
entre sus miembros no la imposición de un rol determinado, sino el valor de la
privacidad, la intimidad, el recato, el decoro y la prudencia. Dicen que la
ideología de género no pone en riesgo a los adultos, sino a la familia a los
niños, que son seres inocentes y que deben crecer en un mundo sano. Pero
creemos que más que la ideología del sexo, las nuevas tecnologías que han
impactado en la familia, la familia que ha permitido se anule la comunicación, los
padres que ya no tienen tiempo para la convivencia personal, interpersonal, las
redes sociales que han distorsionado al mundo, los derechos humanos que han
calificado como inhumano el que un padre oriente a sus hijos con severidad y
rectitud… Ver que tiene más “likes” un
video de perversión, de violencia, de sexualidad, que un mensaje de amor, de
propuestas. Dicen que todo tiene un propósito político. Que la política busca
desarraigar, inducir, movilizar, manipular y que construye una nueva cultura en
base a sus propios objetivos. En algunos países ya hay leyes en donde te pueden
meter a prisión y recibir sanciones severas por criticar la ideología de
género. En Canadá, si un sacerdote que critica la homosexualidad pude ir a la
cárcel. En Canadá un hombre de más de 50 años asegura que es una niña de seis,
se viste como niña de seis años y hasta fue aceptado en un Jardín de Niños…
otro, aseguró que es un niño atrapado en un cuerpo de un hombre y por eso violó
a tres niñas de su escuela… Abordar este tema ha sido difícil, porque su
contenido no busca cuestionar o satanizar al homosexual, todos tenemos a una
persona, un pariente o amigo que forma parte de la diversidad sexual, muxhe,
homosexual o gay. Algunos de ellos, personas muy respetables, trabajadoras,
honestas y confiables; pero también conocemos a otros más, que con una cerveza
pierden todo recato, que les gusta mostrar más allá, divertirse, alocarse,
mostrarse. Estas actitudes no sólo las tienen los gays, pero, a menudo son más
populares y, están llegando a ser “hasta normales”… Quienes participan en las
manifestaciones, fiestas y conferencias de la diversidad sexual, piden
tolerancia y exigen respeto, pero en la mayoría de los casos ellos no son
tolerantes ni respetuosos y porqué ¿por qué llevan a los niños a estas
actividades? Aseguran que debe existir una armonía cultural y paz social, pero
cuando alguien critica o se refiere a sus desnudos o extravagancias en vía
pública abuchean y silencian las opiniones de los demás. Cuando alguien
públicamente se atreve a manifestar desaprobación ante esta enorme bandera de
colores, ante los excesos en contra de lo que pueden ser trasgresiones a los
valores morales, entonces cunden los insultos, las denuncias, señalamientos de
homofobia, racismo, prejuicios y demás. Ahora se hace mención a una época en
donde impera a plenitud las libertades sexuales. Marchas violentas y
destructivas sobre todo en contra de quienes sí les dan esa libertad sexual,
veneno ideológico inyectado por diversos intereses políticos. Hay quienes
utilizan el disfraz de la tolerancia y la diversidad de una minoría prepotente
que se hace oír, que impone sus gustos y preferencias, que exige, que va
ganando espacios ante una mayoría cobarde, no se manifiesta, que calla, que por
timidez permite, por educación tolera y hasta “acepta” y que por respeto no
defiende sus propios derechos... Defender los valores, sin recurrir a la
violencia, sin que se descomponga el entorno, sin que se divida a la familia,
es, sin lugar a dudas, un paradigma, una utopía.