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Matías
Romero (Jorge Iván Estudillo).- La historia de los migrantes que cruzan el
territorio nacional en busca del sueño americano ha cambiado; desde el mes de julio
del año pasado; cuando el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, hecho
andar el plan Sureste, narró Modesta
Vera, la encargada de la Casa del Migrante “Ruchagalu”, ubicada en la Colonia
Rincón Viejo, del municipio de Santa María Petapa.
Explicó
que a partir de esa fecha; a los migrantes se les prohíbe el acceso al tren de
carga y optaron por caminar por la ruta de Arriaga, Chiapas; en caminos
solitarios, de terracería; lo que los hace más vulnerable y corren más riesgos.
Manifestó
su preocupación y de todas las organizaciones que tienen relación con la
movilidad humana y la migración; pues dijo que los ilegales, al no poder viajar
en Lomo de la Bestia, han optado por rutas fantasmas, que son más peligrosas.
Todo
ilegal que cruza el territorio mexicano pone en riesgo su vida, catalogó
Modesta Vera al exponer algunas historias que los migrantes por su paso en esta
Casa le han narrado.
Abemos, dijo, de mujeres secuestradas, ancianos en muy malas
condiciones, niños y niñas migrantes buscando alcanzar a sus padres y todo
ellos con el anhelo de un futuro mejor.
Luis
Beltrán, es un migrante de origen Salvadoreño, este es su tercer intento de
cruzar la frontera norte de México, luego que ser deportado el año pasado, hoy
se encuentra descansando un poco para mañana continuar su camino y esta vez,
lograr llegar a la unión americana.
“Hoy
estoy aquí, espero continuar el camino, ya que el trayecto ahora es más largo y
cansado… lo realizamos a pie, por rutas
no muy seguras”, expresa recostado en una de las literas de la Casa del
Migrante.
El
quedarme en mi país no es una opción, ya que existe mucha pobreza: la miseria
que vive mi país, las bandas delincuenciales sino perteneces a ellos te matan,
aunque mi madre me pidió quedarme, esa idea no pasaba por mi cabeza. Salí con
40 dólares de mi país, he estado en 7 albergues desde mi salida de El Salvador,
el llegar al sueño americano es para mí, salir adelante y vivir modestamente ya
que no se compara con lo que se vive en mi país, además de apoyar a mi familia,
explica ante la pregunta de por qué no quedarse en el Salvador.