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Oaxaca (Antulio López).- Decenas de asesinatos, levantones, extorsiones y secuestros se realizan a diario en los municipios de la Cuenca y el Istmo de Tehuantepec, consideradas como las regiones oaxaqueñas más peligrosas e inseguras de la entidad.
Tuxtepec, María Lombardo, Cosolapa, Juchitán, Chaguites, Zanatepec y Guevea de Humbotl son considerados por los propios elementos de seguridad como los municipios con más índice de violencia e inseguridad.
El propio Fiscal General, Rubén Vasconcelos Méndez, aceptó que Juchitán sigue siendo de los municipios con mayor índice delictivo del estado y del país.
Las acciones implementadas por las autoridades no han dado resultado para detener al hampa organizada, ni siquiera la inclusión de los militares ha podido frenar la delincuencia y la ciudadanía percibe la inseguridad al notar que hay muchas personas extrañas y armadas y que la delincuencia es cosa de todos los días.
Son más de 50 las muertes violentas en estas regiones, y, por lo menos 40, fueron ejecuciones. Nada ha podido frenar el baño de sangre que se registra en la entidad. Pero, sobre todo en estas regiones.
Los legisladores exigieron la comparecencia del Secretario de Seguridad Pública, José Raymundo Tuñón Jáuregui, para que informara de la situación en la entidad y el 20 de marzo, en reunión cerrada en el Congreso del Estado, explicó lo que se está haciendo y los logros que no han tenido.
Persecuciones, balaceras y atentados son cosa de todos los días en carreteras, comercios y calles de las ciudades del Istmo y la Cuenca. Líderes de organizaciones, ganaderos, comerciantes, petroleros y hasta repartidores de material de construcción han sido ejecutados en vía pública y zonas transitadas.
No hay investigaciones ni resultados, no hay información y los datos se manejan de forma hermética.
Los vecinos han comenzado a organizarse para poder defender y cuidar su patrimonio, mientras que las autoridades se han declarado incompetentes para hacer frente a la ola de inseguridad y violencia, algunos de ellos han declarado que también a los presidentes los matan y con eso le restan importancia a un asunto que genera un ambiente de temor, preocupación y desconfianza entre la población.
