Hábitos que aniquilan nuestra economía

Joaquín Campos Galindo.- La queja más recurrente en nuestros días es la falta de dinero. Ya sea por el desempleo o el derroche, carecemos de recursos monetarios. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre nuestros hábitos financieros. Ellos nos han de indicar como hacemos uso del dinero que llega a nuestras manos.

PRESUPUESTO. Las empresas tienen un presupuesto. Los legisladores aprueban un presupuesto al Ejecutivo. Contar con un presupuesto personal o familiar es un hábito importante. Lamentablemente es un hábito inusual para nuestra sociedad.

Un presupuesto nos permite saber donde irán a parar nuestros ingresos. Favorece al control de los gastos. Es común carecer de un presupuesto, que al momento de hacer compras, nos es difícil saber cuanto impactará dicha compra a nuestro bolsillo.

Tener un registro de nuestros ingresos y nuestros egresos es un hábito que debemos insertar en la costumbre familiar. Requiere disciplina, madurez y fuerza de voluntad.

AHORRO. Nos es fácil decir que el dinero no alcanza ni para ahorrar. Pensamos que en épocas de crisis es imposible ahorrar. Que las necesidades son muchas y que guardar el dinero no es sano. Pero al contrario, ahorrar en momentos de crisis es una excelente alternativa.

Tener dinero ahorrado nos habilita para hacer frente a imprevistos. Una enfermedad o un accidente son buenos gastadores. Hacerles frente con un préstamo familiar o un crédito bancario no es lo más recomendable.

Por ello es importante ahorrar. No importa la cantidad, pero debe ser constante. Una persona que ahorra una cantidad mínima periódicamente, es un indicio que no tiene deudas. Es una razón para frenar gastos innecesarios.

DEUDAS. Es increíble ver como le encanta a la gente tener deudas. Es una forma barata y pobre de hacerse de sus pertenencias. Desconocen que a la larga trae consecuencias terribles. Puede uno terminar con las amistades y hasta llegar a la cárcel.

Numerosas personas adquieren deudas con la menor idea de pagarlas. Esto provoca la falta de solvencia de las empresas y por ende el cierre de sus operaciones. Ello implica dejar sin empleo a sus trabajadores. Las deudas son generadoras de crisis en ese sentido.

Las personas sabedoras de sus responsabilidades ante las deudas, se enferman. Provoca crisis familiares. Las deudas fastidian con pleitos innecesarios. Endeudarse es un mal hábito, que unido a las compras compulsivas, son un detonante mayor de los problemas de las familias mexicanas.

COMPRAS. Hay una emoción en las compras que genera adrenalina. Los niños y las mujeres tienen esa virtud. Se hacen compras que son innecesarias en repetidas ocasiones. Comprar juguetes que luego quedan sin usar. O comprar prendas de vestir cada vez que se asiste a un evento social.

Caer en las redes de la publicidad es terrorífico. Encontrar un descuento aquí y otro por allá es destructivo. Se debe ser prudente con las compras. He allí la importancia de contar con un presupuesto. Es básico ahorrar para ponerle un freno al despilfarro.

Es alentador pensar que de esta crisis hemos de salir. Entre tanto, nos es necesario apretar nuestros gastos y evitar los malos hábitos.
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