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La autora, Concepción Núñez, narra la
historia de diez mujeres indígenas privadas de su libertad por el tráfico
ilegal de narcóticos
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La presentación se realizará a las 19:00
horas en el Centro Cultural San Pablo
Oaxaca (Boletín).- El testimonio de diez
mujeres indígenas coatlanas recluidas por delitos contra la salud en el penal
oaxaqueño de Santa María Ixcotel, así como el análisis de su realidad -social y
cultural- y su relación con el fenómeno de la circulación de sustancias
prohibidas, es lo que la investigadora Concepción Silvia Núñez Miranda reúne en
su libro Deshilando condenas, bordando
libertades: Diez historias de vida, a presentarse este viernes en el Centro
Cultural San Pablo.
El libro que edita el
Instituto de la Mujer Oaxaqueña (IMO) empezó a gestarse en el 2002, cuando
Concepción Núñez preparaba su tesis del doctorado en Sociología para el
Instituto “Pensamiento y Cultura en América Latina” A. C. “Éste es un trabajo
de cuatro años de permanencia en el penal del 2002”, cuenta la académica cuando
hace memoria de las primeras ocasiones en que empezó a visitar el penal de
Santa María Ixcotel una o dos veces por semana.
Ese trabajo de
investigación llevó a la socióloga Núñez Miranda a obtener en el 2007 una
mención honorífica en el concurso de tesis Sor Juana Inés de la Cruz que
convoca el Instituto Nacional de las Mujeres, además de dio pie a la
realización de un video de 35 minutos que denunciara la situación en que se
encontraban esas diez mujeres y la inexistencia de la riqueza generada por el
delito, un trabajo documental que en el 2005 recibió el premio videográfico
José Rovirosa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Cuando hace
referencia al entramado de su más reciente libro, a la autora no le gusta
hablar de culpables, sino de responsabilidades. Aunque preferiría evitar el
lugar común que sitúa a las mujeres en condición de víctimas, recurre a esta
palabra para explicar una de las conclusiones a las que llegó después de
conocer las historias de diez mujeres cuyas semejanzas están marcadas por la
pobreza y la violencia intrafamiliar: “son víctimas de una estructura socio-económica
que les ha negado el acceso a la educación, a la salud, al trabajo y a otros
derechos, lo que las hace vulnerables a ser utilizadas”.
Para la investigadora
son esas mujeres que transportan pocas cantidades de droga a cambio de dinero
–conocidas coloquialmente como burreras- víctimas de un delito producido por la
pobreza: “Que se les llame burreras o mulitas tiene un significado de la carga
que llevan, tanto de droga como moral; por lo general son mujeres que
enfrentaron mucha violencia desde la infancia, con una vida que se teje en la
discriminación y cuyo final pareciera será el de la cárcel, con una vida muy
complicada que reproduce los mismos estereotipos y valores con los hijos e
hijas”.
Dar cuenta de lo que
hacen las mujeres en situación de desventaja es un trabajo cotidiano para la
investigadora, como dan cuenta los artículos publicados en libros como Género y Cultura (Universidad Autonóma
“Benito Juárez” de Oaxaca, Oaxaca, 2012) o en Aves sin nido (Instituto Oaxaqueño de las Culturas, Feca, Distrito
Federal, 1997).
“Yo he estado
trabajando siempre historias de vida de mujeres en situación altamente
vulnerables, maestras, madres de niñas en situación de calle”, relata
Concepción Núñez, quien recuerda que cuando acudió al penal de Ixcotel a
solicitar permiso para realizar su investigación descubrió que de las 107
mujeres recluidas en ese momento, 28 eran indígenas que estaban por delitos
contra la salud. Tan sólo 14 de ellas eran zapotecas de entre 30 y 60 años
originarias de San Vicente Coatlán, diez de las cuales les permitieron conocer
su historia de vida como una herramienta metodológica empírica de conocimiento.
¿Por qué las mujeres
estaban presas?, ¿por qué una significativa parte de mujeres privadas de su
libertad estaban acusadas de delitos contra la salud?, ¿por qué la mayoría eran
indígenas zapotecas de una misma comunidad?, son algunas de las preguntas que,
junto con el interés de saber cómo repercute el tráfico ilegal de narcóticos en
un sector de mujeres indígenas y qué repercusiones tiene en sus comunidades de
origen, motivaron a Concepción Núñez a escribir Deshilando condenas, bordando libertades: Diez historias de vida.
El libro fue editado
por el Instituto de la Mujer Oaxaqueña y será presentado por las académicas e
investigadoras Rosalva Aída Castillo Hernández y María Leticia Briseño
Mass a las 19:00 horas en el atrio del Centro Cultural San Pablo, en donde se distribuirá
el libro de manera gratuita.