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"Aquel memorable 24 de Junio, se enfrentaron más
de trescientos mil hombres; la línea de batalla tenía cinco leguas de
extensión, y los combates duraron más de quince horas.”
“Hay montones de muertos en las colinas y en las
barracas. Austriacos y aliados se pisotean, se matan unos a otros sobre
cadáveres que sangran, intercambian contundente culatazos, se destrozan el
cráneo, se destripan a sablazos o a bayonetazos; ya no hay cuartel, en una
matanza, un combate de animales feroces, rabioso y ebrios de sangre; incluso
los heridos se defienden hasta las últimas posibilidades; el que ya no tienen
armas agarrota la garganta de su adversario a quien desgarra con los dientes.
Más allá, la lucha es semejante".
“Con los relinchos de los caballos se mezclan
vociferaciones, gritos de rabia, alaridos de dolor y desesperación. Aquí pasa
la artillería; se abre camino por entre los cadáveres y los heridos que
promiscuamente, yacen por tierra así, se vacían cráneos, se rompen y se
descoyuntan miembros, el suelo se empapa de sangre y la llanura esta cubierta
de despojos humanos.”
Era el año 1859 cuando un hombre presencio la guerra
de Solferino; una guerra inhumana que no se diferencia mucho de otras guerras,
en donde los hombres se enfrentaban contra otros, y donde el ganar era la
misión y el matar al enemigo el objetivo.
Gracias a la iniciativa de un hombre que de forma
desinteresada quiso ayudar a su prójimo y con la ayuda de pobladores cercanos a
la zona del conflicto hombres, mujeres y niños comenzaron a socorrer a todo los
heridos y moribundos, indiferentes al bando que peleaban y a la ideología que
tuvieran, fueron tratados por igual.
El nombre de este personaje era Henry Dunant de origen
Suizo, quien 3 años después de la batalla (1862), escribiría un libro titulado
“Un Recuerdo de Solferino” cuya narración daría origen al nacimiento de un
Movimiento de Internacional de Socorros, de ayuda humanitaria, y que sería
reconocido a nivel mundial como la Cruz Roja.
Es por ello que todos los años en recuerdo de todas
aquellas personas que socorrieron a todas esas víctimas, el Movimiento
Internacional de la Cruz Roja conmemora anualmente todos los 24 de Junio, el
“Día Internacional del Socorrista”.
Los socorristas de la Cruz Roja y de La Media Luna
Roja, son la esencia de nuestro movimiento. Ellos mueven a la organización
brindando asistencia, educación y apoyo. Cuando una emergencia sucede y los
demas organismos de atención de emergencias piden apoyo, las unidades de
socorros de nuestro movimiento responden como auxiliares activando a cientos de
socorristas voluntarios los cuales estan capacitados para dirigir refugios para
personas damnificadas; ayudar a los refugiados a asentarse en sus nuevos países;
se ocupan de los enfermos, las personas mayores y los discapacitados.
Los Socorristas preparan a las poblaciones para hacer
frente a los desastres e intervienen cuando estos se producen, participan como
instructores en la elaboración de programas de educación comunitaria, cursos de
primeros auxilios y ofrecen servicios sanitarios.
Los Socorristas realizan innumerables tareas, todos
los días, y en todos los continentes, a ellos vayan estas palabras de
reconocimiento por su loable y noble labor.
Tomado de la página oficial de la Cruz Roja Venezolana
