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Juchitán
(Ana Ma. Sánchez).- Este 7 de enero
nuevamente amaneció rojo en Juchitán, con otros dos ejecutados, ante la ola de
inseguridad y violencia que se percibe en el ambiente juchiteco.
En
el marco del segundo informe de gobierno, anunciado para este mismo día por el
Ayuntamiento de Juchitán, pospuesto en el mes de diciembre, no por la
manifestación de los policías municipales que exigían el pago de aguinaldo,
sino por solidarizarse con el dolor de una familia; o así lo informaron las
autoridades municipales.
Este
jueves, las familias juchitecas se preguntan si el alcalde, Saúl Vicente
Vázquez informara de los recursos que ingresan y egresan al Ayuntamiento o el
número de asesinatos no resueltos, el incremento de la inseguridad, robos,
asaltos y el cómo la delincuencia parece haberse establecido en este municipio
istmeño.
Ciudadanos
de diferentes sectores sociales han declarado que el Presidente Municipal ha
permitido que la delincuencia se instale en Juchitán y opere con toda
impunidad.
Vecinos
de la cuarta sección aseguraron que están organizados y dispuestos a defender
su salvaguarda, protección y patrimonio; por ello, a punto estuvieron, el año
pasado de linchar a un delincuente.
Dijeron
que la inoperancia del Gobierno Municipal, la dejadez del presidente hacia lo
que realmente importa que es la vida de sus ciudadanos, han decidido
organizarse de manera particular y fue así, como en el mes de Octubre, del año
pasado, surge legalmente la Junta Vecinal Guendalisaa AC, la primera
organización vecinal en Juchitán, integrada por 239 socios. Colocaron sistema
de alarmas vecinales. 33 familias enlazadas de 10 cuadras distintas,
pertenecientes a cinco calles: Aldama, Hidalgo, Reforma, Callejón de los Leones
y Callejón del Toloache, de la Tercera y Segunda Sección de Juchitán,
respectivamente. Por ello, la cuarta sección está retomando este ejemplo,
dijeron.
Por
su parte, comerciantes del primer cuadro de la ciudad, aseguraron que en lugar
de optimizar el trabajo de seguridad pública municipal; Saúl Vicente está más
empeñado en que los eólicos le paguen los impuestos, un dinero que nadie va a
controlar y mucho menos saber en qué lo aplica.
Lamentaron
esta situación que vive Juchitán y dijeron que si la Gendarmería va a entrar a
Chimalapas, podría quedarse en Juchitán, para así dar más alivio a las familias
que temen por su seguridad y su vida.