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Matías Romero (Rosa Ma. Villalobos).- Antes de mis
primeros 100 días de gobierno regresaré a Matías Romero para que veamos el
problema del agua, impulsar la apertura de la Universidad Regional y promover
la terminación del Hospital de Especialidades y la Estación de Bomberos; fue el
discurso que transmitía el hoy Gobernador del Estado, Alejandro Murat Hinojosa,
durante su campaña política, al visitar la Zona Norte del Istmo.
Han
pasado los primeros 100 días al frente ya del Gobierno del estado y, pareciera,
que Matías Romero se quedó en el discurso político, nuevamente engañados,
rezagados y olvidados.
Matías
Romero sigue convertido en un cementerio de elefantes blancos, donde quedaron
los legajos de un municipio próspero, de una sociedad productiva y con
servicios públicos.
Ahora
sólo quedan obras inconclusas, promesas de los anteriores Gobernadores que
nunca se consolidaron.
Millones
de pesos tirados en levantar paredes, decenas de fotos y espacios en los medios
de comunicación anunciando que ahora sí, sería realidad la añeja esperanza de
las familias de Matías Romero, pero nada.
Un
Hospital hundido y abandonado, en obra negra, sin beneficio alguno para la
sociedad. Una estación de bomberos a medio construir que sólo sirvió de
pretexto al Gobierno de Gabino Cué para “desaparecer” los millones de pesos que
PEMEX otorgó para este proyecto.
Una
Estación de Autobuses que es ocupada por una cervecería y cuya renta no ingresa
a la Hacienda Municipal, porque quien la renta es un particular.
Una
Universidad Regional que no ha dado trabajo a un solo profesionista, porque a
la fecha no se sabe cuándo podrá iniciar sus ciclos escolares.
Esta
es la situación que vive Matías Romero, con autoridades que al llegar al poder
se olvidan de las necesidades y dejan en discurso sus promesas de campaña.
