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Istmo de Tehuantepec (Marcela Ceballos).- Con la llegada del
Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, al Istmo de
Tehuantepec, la población aprovechó la cercanía para darle los pormenores
de las malas administraciones municipales, las cuales dejan por los suelos, los
tres principios básicos de su cuarta transformación.
Para
algunos presidentes municipales emanados de MORENA en el Istmo de Tehuantepec,
parece que los tan repetidos principios ideológicos del ejecutivo federal, les
entró por un oído y les salió por el otro. Pues están haciendo todo lo
contrario de lo que reza la ideología con la que convencieron a los votantes:
“No mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.
El
presidente Municipal de Salina Cruz, Juan Carlos Atecas Altamirano, ni bien
había ganado las elecciones y fue señalado en redes sociales por invadir la
calle, construyendo una barda en la Colonia San Martín. Luego, encabezó una
guerra campal contra los Sindicatos de trabajadores del Ayuntamiento, y en una
de sus declaraciones aseveró que estos deberían desaparecer.
Las
ejecuciones, extorciones, los robos con violencia y las bandas organizadas que
parecen adueñarse de Salina Cruz, hizo que gran parte de la sociedad civil porteña,
saliera a manifestarse, exigiendo la renuncia del edil y revelando que el
munícipe, en lugar de atender a su municipio, se la pasa en campaña,
encabezando actos políticos en poblaciones vecinas.
La
alcaldesa de Tehuantepec, Vilma Martínez Cortés, aunque ha sacado aplomo,
tendrá que cargar en su conciencia con la muerte de una persona. Después del
enfrentamiento armado con el sindicato de trabajadores, la falta de
sensibilidad para atender y pagar a pensionadas de los trabajadores, así como
olvidarse del diálogo y la concertación para dirimir problemas, queriendo
imponer sus decisiones por el poder mismo.
La
intromisión de su esposo en decisiones del Gobierno municipal tehuano también
ha generado molestias entre la ciudadanía, aunado, en esta época, a la falta de
agua en barrios y colonias de la ciudad, la sospechosa desaparición de muebles
y equipo médico adquirido en la administración anterior, pero, más sospechoso
aún, el supuesto asalto al personal de tesorería en una sucursal de Bancomer.
La
gente de Matías Romero también tiene rechiflas y críticas para con su
Presidente Municipal, Alfredo Juárez Díaz, no sólo por sus asuntos personales y
particulares, tampoco por no haber podido contener las declaraciones de su
esposa y darle cabildalzo para sacarla del DIF, sino por los gastos excesivos
que, según declaraciones de regidores, realizó para llevar a cabo la feria de
Febrero, en donde, al parecer, le ganó a las demás administración, pues aquellas
nunca informaban lo que se había ganado en esos días de fiesta, sin embargo, se
sabía que se ganaba, pues este año, resulta que se perdió y que la
administración actual salió poniendo. Sumado a esto, resulta que adquirió un
vehículo para la recolección de basura, que, de acuerdo a lo declarado, la
unidad tuvo un costo muy elevado y a los primeros días se descompuso. Sin
embargo, los regidores aceptan que, para adquisiciones y compras, no se les
llama a sesión de cabildo, pero sí se les hace perder mucho tiempo en tomas de
protesta y reuniones sin sentido.
Tal
vez, debido a estas inconformidades en muchos pueblos del Istmo es que los
representantes de BIENESTAR trabajaron a marcha forzada en estas vacaciones,
pagando las becas a jóvenes estudiantes y a los adultos mayores. Quizás para
evitar que en la visita del Presidente de la República sólo fueran descalificaciones y quejas.