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Tehuantepec (Ma. Esther Manuel).- Uno de los obispos más importantes en la vertiente de la Teología de la liberación ha sido, sin duda alguna, en toda la diócesis de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes.
Al conmemorar un aniversario más de su ordenación como sacerdote católico, el 15 de agosto de 1952; Arturo Lona refirió que 19 años después fue consagrado obispo de Tehuantepec.
En coordinación con esa corriente teológica, Arturo Lona se mantuvo muy cerca de las comunidades más pobres e indígenas de su diócesis, denunció las arbitrariedades y abusos de caciques contra los indígenas, defendió y alzó la voz para proteger movimientos y líderes sociales de la COCEI en Juchitán y ayudó y respaldó la organización de agrupaciones indígenas para protegerse del coyotaje y formó la UCIRI.
Actualmente reside en la población de Lagunas, municipio de El Barrio de la Soledad. Hace dos años se ganó el Premio Nacional de Derechos Humanos “Don Sergio Méndez Arceo”, por su invaluable labor en la promoción y defensa de los derechos de quienes menos tienen.
Ha sido llamado, quizás el último obispo de la teología de la liberación y durante su labor al frente de la Diócesis de Tehuantepec sufrió varios atentados.
Al conmemorar un aniversario más de su ordenación como sacerdote católico, el 15 de agosto de 1952; Arturo Lona refirió que 19 años después fue consagrado obispo de Tehuantepec.
En coordinación con esa corriente teológica, Arturo Lona se mantuvo muy cerca de las comunidades más pobres e indígenas de su diócesis, denunció las arbitrariedades y abusos de caciques contra los indígenas, defendió y alzó la voz para proteger movimientos y líderes sociales de la COCEI en Juchitán y ayudó y respaldó la organización de agrupaciones indígenas para protegerse del coyotaje y formó la UCIRI.
Actualmente reside en la población de Lagunas, municipio de El Barrio de la Soledad. Hace dos años se ganó el Premio Nacional de Derechos Humanos “Don Sergio Méndez Arceo”, por su invaluable labor en la promoción y defensa de los derechos de quienes menos tienen.
Ha sido llamado, quizás el último obispo de la teología de la liberación y durante su labor al frente de la Diócesis de Tehuantepec sufrió varios atentados.