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Matías Romero (Norma Guzmán Sibaja).- La Casa del Migrante en Matías Romero, denominada “Ruchagalú”, cumplió un año de trabajo a favor de aquellos hermanos que dejan sus comunidades en países de Centroamérica para aventurarse hacia el “sueño americano”, explicó el párroco, Ranulfo Pacheco.Tras la celebración de este primer aniversario, catequistas y feligreses participaron en una bonito acto de análisis, para descifrar cómo ve la comunidad parroquial el trabajo que desarrolla este albergue, ubicado en la Colonia Rincón Viejo.
El párroco confió que se ha hecho un buen trabajo de motivación y de conciencia para ser solidarios con quienes están de paso por Matías Romero. “estamos haciendo conciencia, no solo en lo que toca a la Casa del Migrante “Ruchagalú”, sino en el respeto a la dignidad y los derechos de todos los migrantes”.
Esta concientización ha abarcado a la comunidad parroquial, pero también se dirige a profesionistas, comerciantes, instituciones, medios de comunicación y organizaciones sociales.
Agradeció la amplia participación de los distintos sectores sociales, porque la Casa del Migrante “Ruchagalú” es de todos y todas. “Poco a poco se van eliminando los temores”, precisó.
Explicó que la solidaridad de la comunidad se demuestra a través de las despensas, ropa, medicina, apoyo económico y el respaldo a este albergue; además de las actividades desarrolladas por la comunidad parroquial: las vendimias, los tequios y servicios en la casa.
Precisó que la Iglesia Católica no puede ser indiferente al sufrimiento de los migrantes, ni de nadie, “tratamos de ser misericordiosos ante cualquier situación de sufrimiento”. Convocó a los feligreses a esforzarse por servir y hacer el bien ya no de manera individual, sino como Iglesia, de manera comunitaria, como nos enseña Jesús.
Motivó a la feligresía a involucrarse de buena voluntad, motivar, difundir, animar a que colaboren con la Casa del migrante. Sobretodo generar una buena información porque nos damos cuenta que no faltan quienes tienen una información que no corresponde a lo que es la casa y a lo que es la realidad de la migración.
Hizo un reconocimiento al comité parroquial de Derechos Humanos "Juan Gerardi" y quienes coordinan el proyecto de la Casa del Migrante y los urgió a continuar con esa misión.
Explicó que la solidaridad de la comunidad se demuestra a través de las despensas, ropa, medicina, apoyo económico y el respaldo a este albergue; además de las actividades desarrolladas por la comunidad parroquial: las vendimias, los tequios y servicios en la casa.
Precisó que la Iglesia Católica no puede ser indiferente al sufrimiento de los migrantes, ni de nadie, “tratamos de ser misericordiosos ante cualquier situación de sufrimiento”. Convocó a los feligreses a esforzarse por servir y hacer el bien ya no de manera individual, sino como Iglesia, de manera comunitaria, como nos enseña Jesús.
Motivó a la feligresía a involucrarse de buena voluntad, motivar, difundir, animar a que colaboren con la Casa del migrante. Sobretodo generar una buena información porque nos damos cuenta que no faltan quienes tienen una información que no corresponde a lo que es la casa y a lo que es la realidad de la migración.
Hizo un reconocimiento al comité parroquial de Derechos Humanos "Juan Gerardi" y quienes coordinan el proyecto de la Casa del Migrante y los urgió a continuar con esa misión.
