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En
Puerto Paloma el agua de sal subió hasta 15 metros sobre la playa, arrastró
lanchas, animales e inundó casas.
Más
de 70 familias damnificadas por las grandes olas que generó el “mar muerto”,
llevando el agua de sal hasta sus pequeñas viviendas y comercios.
Los
más viejos de “El Conchalito”, aseguran que nunca en la historia de esta
comunidad habían vivido un caso similar. Las olas gigantescas llegaron hasta la
población y no les dio tiempo de nada, sobre todo aquellas familias que vivían
a orilla de mar.
Los
niños comentan que la laguna se unió con el mar y las grandes olas arrastraban
a su paso, árboles, cabañas y pequeñas embarcaciones. “¡Pensé que era el fin
del mundo!”, señala un pequeño con su tono costeño.